Opinión y Cartas al directorCOVID-19

La dictadura más sutil de la historia de Chile

Fue en septiembre cuando el exministro Mañalich hablaba sobre la acusación constitucional que había en su contra, a través de una reunión vía “Zoom” organizada por la Fundación Jaime Guzmán. En la conversación también se entabló la discusión sobre la situación y alcances de cómo se estaba llevando la pandemia en ese momento, durante la conversación el ex jefe de la cartera de salud ocupó el concepto de “Dictadura Sanitaria” para referirse a las múltiples restricciones que se estaban utilizando para enfrentar la amenaza del COVID. 

Con el regreso de la Fase 2, el cual  implica las restricciones de centros recreativos y gimnasios, pero con la excepción de aquellos que cuentan con un espacio abierto; un límite en la cantidad de personas que se puede juntar en el espacio público y en espacios cerrados siempre y cuando se respete la distancia social. Eso y un poco más para toda la región Metropolitana, lo que hace recordar a los fenómenos que se vivieron al principio de la cuarentena y que inevitablemente vuelvan a brotar aspectos que ya se habían dejado.

Pese a que la regresión es algo válido el ambiente es totalmente desigual a la gravedad que supuestamente exclama el gobierno, que si la cifra es correcta hasta la fecha 575.329 de casos totales, 10.864 casos activos y con un alcance de avance de mil infectados por semana aproximadamente. Podemos decir eso, pero no lo creemos, las medidas ocupadas por las autoridades han sido temerosas y han demostrado en múltiples ocasiones equivocarse en cada paso que dan para disminuir esta amenaza de la pandemia. Y ni habla de los problemas que existen con la verosimilitud de las cifras mostradas y la trazabilidad. 

En sí aislar de nuevo a la Región Metropolitana a la fase 2 bien podría tener el resultado contrario, ya que no se solucionan los aspectos que sí hacen subir las cifras como la apertura de los Mall y el comercio en general, que genera cúmulos de personas; el transporte público que por mucho que te lo indiquen, en horario punta y con la necesidad de ir a trabajar las marcas en el piso poco pueden hacer y el aparentemente inevitable juntas que se traducen en fiestas clandestinas con más personas de lo permitido.

En este punto es preciso preguntarse ¿Qué parte de esto, se parece a una dictadura? Lo que hay ahora que podría considerarse como una sería, las entradas de los edificios públicos y privados donde te suelen examinar la temperatura, además de ofrecerte alcohol gel para las manos; y algún que otro control de seguridad por la calle para ver si se tiene el papeleo necesario, control que por cierto es escaso. Que sí hay arrestos, pero la mayoría de ellos es cuando ya se hace muy notorio y evidentemente existe un exceso. 

Estas medidas no son limitantes, ni mucho menos restrictivas, esto no prohíbe a un ciudadano a comprar pan a la esquina, al almacén de la plaza o al supermercado de la avenida, y poder andar como cualquier otro día sin pandemia sin recibir amonestación por ninguna autoridad, ya que siempre toma el cuidado con andar con la mascarilla, además de que muchos la ocupan mal sin taparse bien la boca, sabemos que la capacidad de infección del COVID va más allá de ocupar mascarilla.

Quizás lo único que se podría considerar o que al menos cuenta con más características para considerarse una dictadura, sería para los sectores más bajos ingresos o que han visto afectado su sueldo, ese sector si tiene la paranoia que genera esta pandemia. La falta de un sustento fijo y que probablemente ese sustento venga de un trabajo informal o quizás peor; el hecho de siempre estar en la mira ya sea por el COVID o por la autoridad al estar siempre expuesto, hace que la pasividad de las medidas que yo pongo en este escrito se vuelvan realidad. 

La recesión económica actual ha sido más responsable de esto que el mismo COVID-19, quienes han tenido que sacar cada oportunidad para sacar un ingreso, el retiro 10 % de las AFP es un ejemplo de esto, y ha demostrado la necesidad que se tiene es más preocupante que la misma pandemia. Pero, da igual quien quiere ir al Mall que se acerca navidad               

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